viernes, 30 de enero de 2015

Crónica de un día cualquiera: La guerra contra Podemos, la desfachatez de los medios y los abusos del Gobierno.



La desfachatez y el cinismo de los medios se supera día a día a la hora de lanzar insidias o críticas contra Podemos y sus dirigentes. Las palabras de Juan Carlos Monedero, que afirmó en un mitin “nos han declarado la guerra”, sentaron muy mal a periodistas y políticos, aunque no deje ser una palmaria realidad. 
 
A la cadena de Atresmedia –propiedad de José Manuel Lara- no le gustaron esas palabras, ni que el número tres de Podemos esquivase a la prensa a la salida de un acto público. La consigna en La Sexta debe ser la de todos los medios del sistema: todos contra Podemos. Y así lo está poniendo en evidencia en sus programas, como la entrevista que emitió el pasado sábado con Pablo Iglesias, en la que no le dejaron hablar del programa o las propuestas de Podemos, sino que le bombardearon con preguntas absurdas sobre inexactos e inventados casos de corrupción, que deben responder a la consigna gubernamental de que laven el cerebro a la ciudadanía haciéndola creer que ‘todos son iguales y que en todos los partidos hay casos de corrupción’, como si fuese lo mismo asaltar las arcas del Estado hasta dejarlas exhaustas a no pedir autorización por escrito a una facultad. 

El País, que desde que existe Podemos ha cambiado su persecución e inventos sobre Venezuela –y hay que recordar que en su obsesión contra ese país protagonizó el más vergonzoso patinazo, publicando una falsa foto de la agonía de Chávez-, por su inquina obsesiva contra Podemos quedó ayer en evidencia al demostrarse que el artículo sobre el currículo de Monedero era todo una mendacidad. Aunque a los medios les viene muy bien la existencia de Podemos para distraer a la ciudadanía de las iniquidades del Gobierno de Raxoi y la fétida corrupción en el seno del PP, de la que cada día se conocen nuevos detalles o se desvelan casos ignorados. 

La prensa oculta que el Gobierno presidido por Mariano Raxoi no cesa, a meses de las elecciones, de aprobar medidas impopulares y dañinas para la ciudanía, en un afán estúpido de imponer un modelo social y económico que durará lo que dure en el Gobierno. Hace pocos días consumaba la privatización de AENA. Al tiempo sus correligionarios de Madrid, siguiendo la consigna del Gobierno, y seguramente obedeciendo la de los empresarios que sufragan sus campañas electorales tramposas, impone un modelo económico basado de nuevo en el ladrillo. El mismo que llevó a este país a la quiebra, pero que tantos beneficios dejó a la oligarquía. Y siguen en ello. No solo aprueban la construcción de macroproyectos como el que se desarrollará en el Distrito Castellana, del que presumen que creará miles de puestos de trabajo, en la construcción, para personas sin cualificación profesional y más que mal pagadas, auténticamente explotadas.

Al Gobierno no le interesa por esas razones ni promover la I+D+i, ni a los investigadores, ni que exista gente con buena formación. Quiere esclavos, no gente formada que, por ende, tiene un espíritu rebelde y crítico y no suele ser obediente votante del PP. De ahí las inicuas medidas sobre Educación que viene tomando el Gobierno sobre esa materia. Desde la Ley Wert, hecha para expulsar de la educación a los niños de familias menos favorecidas, a la última reforma universitaria, que ya ha concitado la repulsa de la comunidad educativa, consistente en rebajar el número de años de las carreras universitarias, para que se completen con carísimos masters que solo podrán costearse los estudiantes de familias pudientes, dado que el coste de los mismo superarán los dos o tres mil euros por curso. 

El PP no cesa de tomar medidas que fomenten la nefasta, aunque muy rentable para la oligarquía del ladrillo, y para él mismo. Porque no es solo la aprobación de macroproyectos innecesarios para las ciudades, lo que pone en práctica el Gobierno para seguir con la economía de los pelotazos urbanísticos, sino la política contra la conservación del medio ambiente pensada únicamente para los promotores inmobiliarios, para quienes hicieron, y seguirán haciendo, -sino se echa del poder a esos depredadores- un erial de los espacios naturales para hacer negocios los de siempre. Así la nueva Ley de Montes lo que contempla es la desregulación, permitir construir sin tasa y aprovecharse de los espacios quemados en los que podrán construirse sin respetar los 30 años que fijaba la ley anterior como elemento disuasorio de los pirómanos interesados. 

Mas no puede sorprender que el Gobierno de Raxoi en particular y los políticos del PP en general, carezcan de sensibilidad medioambiental, ya que carecen de ella en absoluto con los humanos, si se tiene en cuenta que está dejando morir a más de diez personas diarias, víctimas de Hepatitis C, por ahorrar dinero en el caro tratamiento con Sovaldi, al tiempo que derrochan el de todos regalando 169.000 millones de euros al año a la secta católica, más todos los millones que el PP, a través de sus más ilustres corruptos, afanó de las arcas del Estado. 

Insensibles y crueles, no cesan en medidas que no tienen sentido si no se buscan explicaciones en su ideología reaccionaria, machista y beata. Porque solo respondiendo a su afán de mantener el modelo de familia patriarcal puede entenderse que legislen para permitir a los jueces que puedan autorizar a los maltratadores visitar a sus hijos, pese a los antecedentes de casos espeluznantes de maltratadores que, para vengarse de sus mujeres, asesinaron a sus hijos en el periodo fijado por un juez para tenerlos consigo. Ahí están, en la memoria de todos, los casos Bretón o el más reciente del parricida de Carabanchel –Madrid- que el pasado mes de marzo asesinó a su hijo de 19 meses y lesionó gravemente a otro de cinco años. Mas al reaccionario PP no parecen importarle la vida de los menores, una vez que nacen y dejan de ser células fecundadas para convertirse en personitas, lo que le interesa es fomentar el modelo de familia patriarcal, jerárquica y heterosexual, que impone la secta católica, en la que militan la mayoría de sus miembros. 

A los que, sin duda, no les debe parecer pecaminosa la corrupción ya que transigen con ella, la toleran, o incluso, participan en ella. Del Presidente abajo, todos. Hoy se ha conocido, a través de la web Espía en el Congreso, nuevas maniobras del Presidente del Gobierno para neutralizar a Bárcenas, contando con un exministro de Aznar, presuntamente pringado en un caso de corrupción impune del que nunca dieron cuenta los medios, ni la oposición del PSOE se enteró, o hizo como que no se enteraba. Lo que no hace ahora con Podemos, al que pide explicaciones sobre los contratos de Monedero o Errejón que no pidió de los despilfarros de Caja Madrid, donde algunos de sus correligionarios se lucraban con el latrocinio a lo público de esa entidad. 

El ‘Espía en el Congreso’ revela que Raxoi proporcionó al exministro Justicia de Aznar, José María Michavilla, un puesto en el Consejo de Estado, y le eligió como mediador con Bárcenas, olvidando el asunto que le costó el escaño, cuando, a través del alcalde de Badilla del Monte, Rodríguez Panero, procesado en el caso Gürtel, intentó conseguir nada menos que seis millones de euros de la Mutua, que pretendía construir en ese municipio un hospital, dos centros de investigación y una Universidad, sobre una superficie de 50 hectáreas, con un presupuesto de 600 millones de euros, según cuenta el periodista Ángel Sanz, que asegura que a los directivos de esa empresa Michavilla les exigió seis millones de euros por la intermediación como asesores en la consecución del proyecto, después de que Rodríguez Panero impusiera al despacho de Mediavilla y Acebes como asesores para el papeleo del citado proyecto. 

El Gobierno de Raxoi, el PSOE, que mantiene una connivencia intolerable con el PP, y la prensa del sistema, están dispuestos a mantener contra Podemos una guerra, y bien sucia por cierto. Mientras tanto el Gobierno impone un modelo económico lesivo para los ciudadanos pero muy rentable para sus amigos, al tiempo que legisla medidas propias del siglo XIX en cuanto al acceso a la Educación o las relaciones familiares. 

Las cosas irán a peor si el pueblo no reacciona y se libra de ellos, como han hecho los griegos con los conservadores y el PASOK.

jueves, 29 de enero de 2015

Bankia, Gürtel, ladrillo, tamayazo, demasiadas concomitancias para ser casualidad.



La crisis, que en un principio los políticos del PP y la corifea prensa cavernaria se empeñaron en atribuir a que los ciudadanos habían vivido por encima de sus posibilidades, se está desvelando como una premeditada operación de saqueo a las arcas públicas del que cada día se disponen de más datos. Según se van colocando las piezas del puzle más claro se percibe que, en la gestión de la ruina de este país, existen demasiadas concomitancias como para poderlas atribuir a una mera casualidad. 
 
Cuando se repasa la historia reciente de lo sucedido resulta sorprendente constatar cómo cada decisión del entonces Gobierno de Aznar tuvo que ver con el desarrollo de una descomunal estafa que, en el presente, se va desvelando como lo que realmente fue, la asociación de un grupo de malhechores para hacerse con el dinero y los bienes públicos en su propio beneficio. 

Esta es la secuencia de hechos que, interrelacionados entre sí, dibujan el retrato del saqueo: En 1996, recién llegado a La Moncloa, José María Aznar imponía a Miguel Blesa de la Parra –amigo y compañero de estudios, y el máximo responsable de la ruina de la entidad y de la estafa de las acciones preferentes y subordinadas- como presidente de Caja Madrid. Dos años después, en junio de 1998, su Gobierno aprobaba la Ley de Liberalización del Suelo, que daría lugar a la locura del ladrillo y la consiguiente burbuja inmobiliaria que acabó siendo uno de los factores que influyeron en la crisis financiera de cajas y bancos que está costando a los españoles más de 66.000 millones de euros. 

En 1996 empieza a funcionar lo que años más tarde sería considerado la ‘trama Gürtel’, una serie de empresas que, según las investigaciones judiciales, financiaron al PP, a nivel nacional y en comunidades autonómicas tan señaladas por la corrupción como Madrid o el País Valencià. El ‘capo’ de esa trama, Francisco Correa, alias Don Vito, se lució arrogante en la boda quasi real de la hija Aznar, junto con otros corruptos –aunque no todos- que acabaron dando con sus huesos en la cárcel.  

En 2003 se celebran elecciones autonómicas en Madrid y las gana el socialista Rafael Simancas que pacta con IU para arrebatar el poder al PP, que se había quedado, igualmente,  a dos escaños de la mayoría. Para estupor de los propios socialistas, y de la mayoría de los ciudadanos, a la sesión de investidura de Simancas no acudieron dos diputados socialistas: Eduardo Tamayo y Mª Teresa Sáenz. Las elecciones se repitieron y las ganó Esperanza Aguirre, que, desde entonces y hasta el presente, dominó la Comunidad de Madrid, que se ha visto afectada por no pocos casos de corrupción, el último el escándalo del caso Punica, que mantiene en prisión al exvicepresidente y exsenador Francisco Granado, actualmente en la cárcel por su relación con el citado caso de corrupción. 

Aseguran que detrás del llamado ‘tamayazo’ estaba no solo el PP sino una serie de empresarios y especuladores del ladrillo que no podían tolerar que las decisiones de Simancas arruinasen sus negocios.  La investigación del caso se ahogó en ríos de tinta, y el que fuera ministro de Justicia de Zapatero, Mariano Fernández Bermejo, denunció posteriormente, que se le prohibió actuar como fiscal de Madrid en ese caso. Años después, en 2013, y en el transcurso de la investigación del Caso Gürtel, la policía descubrió en uno de los ordenadores de Luis de Miguel, imputado en el sumario de la trama como uno de los presuntos blanqueadores del dinero de Correa, que conducía al tamayazo. El documento, fechado en el año 2002, era una copia informática de un contrato de venta de acciones de una sociedad del grupo de Correa, Gestión y Equipamientos Deportivos SL, creada, según la propia trama, para hacer negocios con la Universidad Complutense. Quien figuraba como comprador era el ex gerente de esa universidad, Dionisio Ramos, a quien el escolta de Eduardo Tamayo señaló ante un juez, en 2005, como persona vinculada al encargo que recibió de proteger al diputado tránsfuga tras el tamayazo.

Al tiempo, en el País Valenciá, gobernado por el PP desde 1995, la fiebre del ladrillo, que destruyó la mayoría del litoral del Regne de València, acabando casi por completo con cualquier espacio de costa virgen, involucró en sus proyectos faraónicos a la CAM –Caja de Ahorros del Mediterráneo- que se integraría, junto con Caja Madrid y otras entidades de ahorro de comunidades gobernadas por el PP, en la ruinosa Bankia, de la que, cada día, se conocen nuevos detalles del latrocinio perpetrado por sus directivos y consejeros. Créditos ruinosos a proyectos faraónicos, tarjetas fantasmas, indemnizaciones millonarias e ilegales, y toda una fétida serie de acciones que causaron la ruina de las Cajas y del país, mientras unos malhechores, casi todos pertenecientes al PP, aunque también con la colaboración, el silencio y la complicidad de socialistas y sindicalistas, se hacían de oro. 

Viendo la secuencia de hechos y las fechas de todo lo acontecido en este país en los últimos treinta años, a poco que no se esté ciego o se sufra de una infantiloide ingenuidad, se ve claramente qué y quienes, aprovechándose de la impunidad del poder, asaltaron, con la palabra democracia en la boca, las arcas del Estado. 

Cuando Carlos Solchaga –ministro de Economía y Hacienda de Felipe González- presumía de que en este país la gente se podía hacer muy rica y en muy poco tiempo, estaba consagrando la corrupción y la impunidad, la desfachatez de un modo de hacer política para enriquecerse a costa del pueblo. 

Mas las investigaciones judiciales, muchas veces a remolque de las noticias que desvelan medios independientes, están poniendo cara a los culpables del latrocinio. El pueblo está despertando, es consciente de quiénes son los culpables de la crisis y no está dispuesto a perdonarlo. Ni a consentir que siga sucediendo.

miércoles, 28 de enero de 2015

Podemos y la miserable doble vara de medir la corrupción de políticos y medios.




Resulta chocante, cuando no indignante, la doble vara de medir de los políticos y los medios de este sufrido país a la hora de hablar, o de no hablar, de casos de corrupción. Obsesionados con Podemos, la menor pequeñez es para el PP, el PSOE o los medios, un tremendo caso de corrupción que se substancia en no haber comunicado algo por escrito al rectorado de las universidades donde daban clase los líderes de la prometedora formación. Al tiempo, el caso de la financiación ilegal del PP, o el de los ERES de Andalucía, se ignoran o se sobrevuela sobre ellos a la hora de informar. 

Los dos partidos mayoritarios parecen haber decidido no ‘morderse’ en la precampaña de las municipales y sus fintas parecen escarceos de enamorados en lugar de las de partidos antagonistas: Tienen un enemigo común, Podemos. Y contra ese partido desatan todas sus invectivas y acusaciones. El PP se niega a que Raxoi dé explicaciones en el Congreso sobre las acusaciones de Bárcenas que le señalan como receptor de sobres y conocedor de casos como el del contrato de basura de Toledo, que sirvió, según se investiga, a financiar, en parte, la campaña de Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha. El PSOE pide la celebración de un pleno en el Congreso con la boca pequeña y no eleva la voz cuando se lo niegan. 

Debe ser porque el PSOE también tiene mucho que callar, por ejemplo en Andalucía, donde a la señora Díaz le faltó tiempo para amparar en la Comisión Permanente de las cortes andaluzas a imputados por el caso de los ERES, para que solo pueda imputarlos el Tribunal Supremo en su calidad de aforados. 

Tampoco el PP ha hecho mucha sangre con ese asunto.
Y es que, al fin y al cabo, ambos partidos, PP y PSOE, forman parte del mismo sistema. Ambos partidos, que se han turnado en el poder desde los años de la mal llamada transición, defienden idénticas políticas económicas, por mucho que ahora el partido liderado por Sánchez haga propuestas distintas en cuanto a impuestos o prestaciones. Aunque la realidad es que cuando gobernó nunca abordó una reforma fiscal progresiva, ni en el presente piense que existan alternativas para enfrentar el problema de la Deuda que alcanza ya el 100% del PIB. Y, no hay que olvidarlo, ambos, en contra de los intereses de los ciudadanos aprobaron el injusto art. 135 de la Constitución que antepuso los intereses del Bundesbank a los de los españoles. 

No pueden echarse mucho en cara los partidos del sistema, o de la casta, como tanto les molesta que se les llame, cuando asuntos tan sangrantes como el saqueo de Bankia –y no son solo los 15 millones de las tarjetas Black, sino los 24.000 millones del rescate- en el que participaron representantes de ambos partidos, junto con los sindicatos, fue responsabilidad de ambos. Seguramente esa fue la razón por la que el PSOE no quiso apoyar, como el resto de la oposición, cuando era secretario general Alfredo Pérez Rubalcaba, que se constituyese en el Congreso una comisión de investigación. La misma por lo que ahora, y según denuncia la acusación de UPyD, ni Fiscalía ni el FROP -la entidad destinada, presuntamente, a defender los derechos de los ciudadanos- exijan a los involucrados en el latrocinio que devuelvan los muchos millones que desaparecieron de Bankia; y de los que los quince millones de las tarjetas fantasmas son calderilla. 

Ante tanto latrocinio, tanta devastación del erario, que viene dejando con telarañas las arcas públicas del Estado y de las comunidades autonómicas, el problema no son los 24.000 millones del rescate de Bankia, o los 66.000 de todas las entidades rescatadas con el dinero de los ciudadanos, ni los millones defraudados a Hacienda por quienes atesoran sus dineros en paraísos fiscales, o las empresas que fijan sus sedes en ellos para no pagar impuestos. Lo grave, lo que parece haber hundido la economía del país, si se creen a los medios y a algunos políticos, es que el número tres de Podemos, Juan Carlos Monedero, crease una empresa para cobrar trabajos de asesoramiento de otros países. O que Íñigo Errejón no pidiese por escrito permiso a la UMA para hacer un trabajo para otra entidad. 

Y eso lo dicen quienes, presuntamente, andan haciendo extraños negocios con asuntos tan sensibles como el precio del Sovaldi –el específico que cura la Hepatitis C-, del que los afectados por su carencia sospechan hay extraños movimientos económicos porque no informan de su precio. O quienes, cuando gobernaban, perdonaron a las eléctricas la fruslería de 3.500 millones de euros.  

A su vez la prensa le hace el trabajo sucio a los argumentos de los políticos. Así, El País, dirigido por Antonio Caño, no ha dejado de disparar a discreción contra el partido liderado por Pablo Iglesias, con titulares a cuatro columnas, como el publicado el pasado 13 de diciembre, en el que, en noticia de portada y con grandes caracteres, afirmaba: “El Bundesbank dice que las propuestas de Podemos amenazan la economía”. Hoy mismo publica un artículo sobre el número tres de Podemos, Juan Carlos Monedero, que bien podría servir como texto de análisis en las facultades de periodismo, para que los docentes explicasen qué no debe hacerse. 

“Monedero falseó la mayor parte de su currículo académico” titula a tres columnas y en portada el diario de Prisa, que subtitula: “Profesores a los que cita como referencia niegan conocerlo”. Aunque en el cuerpo de la noticia, esos profesores digan tan solo que no le recuerdan después de tantos años, y que “es posible que su memoria les juegue una mala pasada”. Es lo que afirma el profesor Claus Offe, del que El País dice que negó conocerle, falacia que queda en evidencia ante una foto de Monedero con Offe. Al profesor, de 75 años, le falla la memoria y lo reconoce. Mas El País, siguiendo esa abyecta máxima que dice “no dejes que la realidad te estropee un buen titular’, retorció las palabras del director del Instituto de Estudios Políticos de la Universidad Humboldt de Berlín. 

La obsesión contra Podemos del diario dirigido por Antonio Caño lleva al autor del artículo a afirmar: “Esta es la segunda vez que la realidad no se ajusta con exactitud a su vida laboral, ya que también destaca que ‘fue el responsable del equipo español del Banco Central Europeo para el estudio y seguimiento de los efectos de la implantación del euro en España (Instituto Europeo de Florencia y Banco Central Europeo, 1998-2003)’. En realidad Monedero participó en la elaboración de un estudio de 80 páginas, denominado ‘Informe sobre la implantación del euro en España’, que fue cofinanciado por el BCE junto con otras instituciones”. En ese caso ¿trabajó para el BCE o no trabajó para el BCE?, y si no lo dirigió él ¿por qué no cita El País el nombre del director de ese programa del BCE que no era del BCE y no existió pero que se tituló ‘Informe sobre la implantación del euro en España’?

Desde que Podemos obtuvo cinco diputados en el Parlamento europeo, pero sobre todo, desde que encuestas del CIS y de Sigma2 le dieron como primera fuerza en intención de voto, los medios y los políticos desplegaron toda su artillería pesada contra Podemos, ya fuese con falacias malintencionadas, como relacionarle con ETA o con el chavismo bolivariano, o publicando artículos de opinión de estudiantes, elevándolos a la calidad de doctorandos, para pronosticar toda clase de males si llegase a gobernar Podemos, o a caer en el esperpento, como la falsa polémica creada hace unas semanas, con la idiota noticia de que Podemos quería suprimir la celebración de la Semana Santa de Sevilla. 

Todo vale a los medios y a los políticos para descalificar, difamar y aterrorizar a los posibles votantes de Podemos con cualesquiera mentiras. Tienen los políticos del sistema pánico a que la ciudadanía española, tome las riendas de su destino como han hecho los griegos.

Debieran tomar nota de lo sucedido en la cuna de la democracia. De nada les sirvió a los medios y a los corruptos políticos helenos las mentiras y la campaña del miedo para impedir que ganase Syriza las elecciones. Que tomen nota…



Al día siguiente:
 


Después de las insidias y manipulaciones del diario El País a la hora de dar noticias sobre Podemos y sus dirigentes que se relatan en este artículo, al día siguiente, otro diario, el digital Público sacaba los colores al periódico de Prisa, poniendo en evidencia su ausencia de profesionalidad o su torticero afán de manipular. 


Así, la Universidad Iberoamericana de Puebla desmentía la información que el miércoles publicaba el diario El País, en la que afirmaba que el 'número tres' de Podemos había exagerado "gran parte de su currículum, y que no había sido profesor invitado, entre otras universidades, del centro de estudios mexicano. En una carta, la directora de comunicación institucional de la universidad confirma que Monedero participó como profesor invitado durante "cinco veranos" (2005-2010), dejando en clara evidencia la información que ayer publicaba el diario de Prisa. Es posible que El País no rectifique, y quienes se agarraron a la noticia de ese periódico para propalar por las redes la actitud ‘corrupta’ de Monedero no tendrán la gallardía de reconocer que se equivocaron.